
La Dirección de Salud Mental del Minsa ha convocado Mesas de Trabajo sobre salud mental en universidades desde el 2 de mayo. Foto: Andina.
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Según estadísticas de la Sala Situacional de Problemas de Salud Mental Priorizados del Ministerio de Salud (Minsa), jóvenes de entre 20 y 24 años representan el principal grupo vulnerable ante episodios depresivos (16%) e intentos de suicidio (25%) en lo que va del 2025.
Siguiendo las tendencias del 2024, año en el que se reportó la mayor cantidad de intentos de suicidio (3,222) y de episodios depresivos (11,349) desde que se puso en vigencia la directiva sanitaria sobre vigilancia de problemas de salud mental en 2016, diversos documentos publicados entre ambos años demuestran la creciente importancia que se está dando a la salud mental del joven adulto, más aún si este se encuentra cursando la universidad.
Como prueba de ello, en 2024 se realizó una investigación en la Universidad Nacional Federico Villarreal para medir la depresión y la ansiedad de 100 estudiantes de medicina mediante una encuesta online. En el primer caso, el 59% presentó depresión leve, el 24% mínima y el 17% moderada; mientras que, en cuanto a la ansiedad, el 58% registró niveles muy bajos, el 29% moderados y el 13% severos. Sin ser cifras alarmantes, el estudio permitió visualizar diversos factores que afectan la salud mental del universitario, siendo los principales los sociodemográficos, los académicos y los relacionados al estilo de vida.
Profundizando más sobre el tema, el Dr. Alberto Fernández, director general del Instituto de Neurociencias Aplicadas (INA), centro psiquiátrico enfocado fundamentalmente en pacientes adolescentes y adultos jóvenes, dio a conocer que la ansiedad generalizada y la depresión constituyen los trastornos más comunes entre dicha población, ocupando entre el 35 y 40% de los diagnósticos atendidos en el instituto, mientras que las ideaciones suicidas representan el 30%.
Sobre las consecuencias que puede traer la ansiedad generalizada en la vida universitaria, Fernández menciona problemas relacionados a la concentración, la memoria a corto plazo y la capacidad de adaptarse a cambios. “En los pacientes con trastorno de ansiedad hay mucha expectativa y temor al futuro. De hecho, uno de los síntomas más frecuentes es el pensamiento catastrófico proyectado a lo que pasará. Cualquier situación nueva o diferente va a hacer que ese trastorno de ansiedad se dispare”, explicó. “Muchas veces los pacientes no van al examen porque piensan que no les va a ir bien o que no han estudiado lo suficiente, pero también dejan de ir por los síntomas somáticos que puede producir la ansiedad. Sensación de presión en el pecho, sensación de inestabilidad, problemas gastrointestinales, colon irritable, toda una serie de sensaciones físicas”.
En cuanto a la depresión, el doctor reincide en el deterioro cognitivo, los problemas de atención y de memoria, con la gran diferencia de que ahora predomina la pérdida de voluntad para hacer las cosas. “Mientras que en la ansiedad hay un miedo que reside en fallar las pruebas, una persona deprimida piensa que ya no vale la pena seguir, tiene una desesperanza con respecto al futuro”. “Esta pérdida de la voluntad se mantiene en los procesos generales, pero también incluye los procesos educativos, pudiendo producir alteraciones en el aprendizaje propiamente, pero también inclusive en la asistencia a clases, sean presenciales o virtuales”, agregó.

Respecto al aumento de pacientes, el director general del INA asegura que la proporción se mantiene respecto a años recientes. “Hay un aumento de la prevalencia de los trastornos de ansiedad y depresión a nivel mundial, fue posterior al COVID-19, donde estos cuadros aumentaron en prevalencia entre uno y dos por ciento, que es alto en realidad”. “En realidad la característica por la cual la salud mental es precaria en el Perú puede extenderse a todos los países del mundo actualmente. En un ambiente que tiene al conflicto, estamos generando cada vez poblaciones más agresivas, más intolerantes, y si esto no tiene una forma de abordarse apropiadamente, el pronóstico no es bueno”, mencionó.